En el proceso de descomposición de la materia en los vertederos, se forman lixiviados, que es un líquido que se da como resultado de las lluvias que arrastran a través de los desechos sólidos y reaccionando con los productos en descomposición: orgánicos, químicos y tóxicos presentes en la basura los cuales contaminan las aguas subterráneas, que en ocasiones se utilizan para consumo humano y riego.

Típicamente, el lixiviado es anóxico, ácido, rico en ácidos orgánicos, iones sulfato y con altas concentraciones de iones metálicos comunes, especialmente hierro. El lixiviado tiene un olor característico, difícil de ser confundido y olvidado.

Para evitar el contacto de los lixiviados con el subsuelo se diseña una celda destinada para que los lixiviados producidos en el resto del relleno sanitario se concentren, por gravedad en este punto; esta celda está previamente revestida con geomembrana de polietileno de alta densidad la cual no permite la contaminación de los mantos freáticos.